Parece que el mundo de la industria musical ha decidido (por fín) adaptarse a los nuevos tiempos en vez de luchar en contracorriente. SonyBMG, una de las 5 majors, ha licenciado parte de su catálogo musical a Playlouder, una empresa que se autodenomina «Music ISP» (o proveedor de servicios de Internet Musical) y que ofrece servicios de conexión de alta velocidad a Internet por unos 40€ al mes, incluyendo un servicio de descarga ilimitada de música. Así, por lo que actualmente pagamos por nuestra conexión a Internet, Playloader también ofrece la posibilidad de descargar y compartir música a través de los programas p2p más populares de una forma legal y segura.
La integración del servicio es lo que ha posibilitado a Playloader obtener una licencia de SonyBMG ya que utiliza tecnología de rastreo de archivos musicales a través de la identificación acústica (mediante «acustic fingerprinting» deasarrollado por Audible Magic) de los archivos musicales que se transmitan por su red para el cálculo de los royalties. De esta forma, los usuarios de este ISP podrán descargar y compartir música a través de Internet sin miedo a ser denunciados y pagando solamente 40€ al mes, precio que incluye la conexión a Internet.
Organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF), una de las organizaciones que luchan más ferozmente a favor de la «libertad digital» ya han manifestado que ésta es una estupenda noticia ya que por fín se comienzan a ofrecer servicios para compartir canciones por una tarifa plana, a diferencia de otros servicios como Napster To Go, que no permite compartir, sino simplemente descargar las canciones desde un servidor.
Lo que no queda del todo claro son las restricciones que el «acustic fingerprinting» traerá a los usuarios, ya que, al analizar el espectro de cada canción para identificarla (de ahí el término «fingerprinting» o «huella dactilar» ya que cada canción tiene un identificación única basada en su espectro acústico), el programa DRM podría estar vetando el intercambio de canciones no incluídas en el catálogo del ISP porque, por ejemplo, se traté de una grabación sonora casera o de un podcast. í‰sta es una de las mayores preocupaciones de los que están en contra de una implementación total de los DRM’s en todos los productos electrónicos ya que prohibiría reproducir grabaciones hechas por el usuario.
Sea como fuere, creo que esta es una estupenda noticia tanto para los consumidores (que según una encuesta de Junio de 2005, estarían dispuestos a pagar unos 10€ mensuales a su ISP para que incluyera en su servicio la posibilidad de compartir archivos de forma legal y segura, y también para la industria, que parece que por fín se da cuenta de cuál es el camino. No creo que éste sea el modelo de negocio definitivo (otras opciones como Magnatunes.com son también realmente atractivas), pero ofrece posibilidades que satisfacen a las dos partes del negocio musical.