Snocap sigue adelante pero no despega

Como ya he dicho muchas veces en este blog, la decisión del caso Grokster ha cambiado el panorama de las redes «peer to peer» en EE.UU. ya que declaró a los desarrolladores de estos programas responsables subsidiarios de las descargas de sus usuarios, lo que podrí­a provocar demandas multimillonarias por parte de los autores.

Shawn Fanning, el chaval que hace unos años revolucionó Internet con Napster, creó hace unos meses Snocap, una empresa cuya tecnologí­a pretende dar una solución definitiva a las descargas P2P ofreciendo una alternativa legal y fiable. Así­, pretende dar soporte a multinacionales y a sellos independientes para poder comercializar sus canciones a través de redes p2p seguras; el problema es si el sistema es eficaz y aún más, si los consumidores van a ver satisfechas sus necesidades y demandas.

Y es que Snocap ya ha adquirido licencia para distribuir música de todas las majors (Warner, Sony BMG, Universal y EMI) pero todaví­a, y después de más de un año de promesas, no ha salido de la fase de pruebas. Snocap va a permitir la distribución de contenidos desprotegidos, es decir sin protección DRM, y logrará controlar los contenidos a través de las huellas dactilares de los mismos (a través del fingerprint, el sistema analiza el especto de onda de cada archivo, la identifica y remunera al cantante por dicha descarga); el resultado es una red «segura» y sin DRM, lo que es mejor para la interoperatibilidad de los usuarios.

Siguiéndole de muy cerca está Peer Impact, una red p2p que, esta vez con DRM de Microsoft, ofrecerá el mismo servicio de intercambio de archivos aunque no sólo de música, sino que también están cerrando acuerdos para que el sistema gestione ví­deos y videojuegos. De hecho ya ha cerrado un acuerdo con NBC Universal para distribuir antiguos programas de TV a través de esta red. Peer Impact es más parecido al sistema de descarga de BitTorrent, ya que la descarga de grandes archivos se gestiona de forma más inteligente y rápida que Snocap, cuya tecnologí­a es más cercana al archiconocido Emule.

Por supuesto, estos servicios estarán primero disponible solo en EE.UU. pero lo que más me preocupa es el precio de las canciones; cobrar 1 euro por una canción en una pobre calidad MP3 ya me parece excesivo como para que se cobre lo mismo por las canciones descargadas de una red cuya estructura y logí­stica será ofrecida por los usuarios. Como suelo decir, veremos qué ocurre.

3 Comments

  1. Luego llegará el listo de turno, le cortará el primer byte o el último a la canción y adios espectro de onda que valga.

  2. Bueno, sí y no. Los spiders que ya rastrean Internet buscando archivos de audio en servidores no sólo idenfican archivos por su espectro total, sino también por fragmentos de tan sólo unos segundos. Así que si pones 30 segundos de una canción en una web y no clarificas los derechos, lo más probable es que en un plazo corto de tiempo recibas una carta de una entidad de gestión pidiéndote que pagues o retires el archivo. Poco a poco van utilizando la tecnología.

    La forma de evitar la protección es modificando el espectro, pero claro, si lo modificas estarías cambiando también la canción y el resultante puede ser un mutante desde luego nada atractivo.

  3. y si el archivo se comprime o se cambia de extensión? 😉

    Eso me recuerda un poco a las ultimas versiones del Windows Media Player que, si no has deshabilitado la opción que viene por defecto, envia un informe de todo lo que escuchas/ves a nosesabequién y que lo usarán para quiensabequé… seguramente para hacer listas de lo más pirateado o algo así.

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