La forma en la que vamos a disfrutar del cine va a cambiar y mucho antes de lo que todos creemos. Está ya más o menos claro que dentro de unos años (no muchos) se va a poder elegir cómo vemos el estreno de una película, si yendo al cine como lo hacemos hoy, o a través de un sistema de video-on-demand o a través de Internet (de forma legal y licenciada, claro).
IFC Entertainment, una compañía de producción y distribución de películas, ha llegado a un acuerdo con las mayores empresas de televisión por cable de EE.UU. para distribuir a través de sus infraestructuras un total de 24 películas durante este año al mismo tiempo que su estreno en los cines.
Este nuevo modelo de distribución de entretenimiento llegará tarde o temprano a generalizarse, aunque en un primer momento se espera que sean los estudios independientes los que experimenten con él ya que el bajo coste de distribución de estos nuevos métodos hace que sea idóneo para su escasa infraestructura. Los grandes estudios de Hollywood, aunque llevan varios años acortando «la ventana» (ese es su nombre técnico) entre el lanzamiento en cine de una película y el del DVD (ahora está en unos 3 meses, aproximadamente), no parece que estén por la labor de aceptar tan tajantemente este nuevo modelo de distribución porque el estreno en cines todavía supone alrededor de un 30% de la recaudación total de la película.
Esta nueva estrategia se va a probar por primera vez con la nueva película de Steven Soderbergh (director de Traffic), «Bubble«, que se va a entrenar en cines y en televisión por cable el próximo viernes 27, mientras que el DVD saldrá varios días después, el martes 31 de enero. Esta arriesgada iniciativa ha sido financiada por Mark Cuban and Todd Wagner, que vendieron Broadcast.com a Yaho en 1999 por 5.000 millones de dólares, y que desde entonces han estado interesados en revolucionar la industria de la distribución de películas.
Cuando estuve trabajando en uno de esos majors de Hollywood me dí cuenta de varias cosas, entre ellas que era una industria tremendamente anclada en modelos de negocios tradicionales y que era completamente desconocedora de las nuevas tecnologías. A la mayoría de los ejecutivos les sonaba a ciencia-ficción los DRM’s y las nuevas formas de disfrutar de contenidos audiovisuales (iPod, PSP, VOD, TiVO, etc.) así que imagináos cómo ha sentado esta iniciativa a una industria que debido a su envergadura, está en condiciones de tomar algunos riesgos, sin pedirles demasiado.
Hablando el otro día con una persona de la industria del cine de España me comentó sobre este tema que se está por la labor de realizar lo mismo aquí y de forma más o menos generalizada pero que todavía se está investigando cómo poner las películas por cable o por Internet sin que se pierda el control sobre ellas (es decir, un DRM en condiciones, con los peligros que ello conlleva).
En fín, como suelo decir, veremos dónde nos lleva todo esto.
Es un poco difcil que las productoras vayan a soltar o alterar la cadena de comercialización del cine. Si ahora una pelÃcula se «quema» en un par de fines de semana de exhibibión en salas para luego retomar una segunda vida comercial en DVD, imagÃnate lo que será que se comercilice la pelÃcula en todas sus etapas comerciales a la vez. La pelicula se «quemarÃa» mucho más rápido, si cabe.
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