Ayer domingo nos levantamos con el fin de la huelga de guionistas que durante 3 meses ha tenido paralizado medio Hollywood. Como hice una especie de cobertura de la crisis, quería describir el fin de la misma, aunque el excelente análisis de Gonzalo (al que me remito) me impide aportar poco más.
Aunque en un principio se estimaba que la huelga duraría entre 9 y 10 meses, la proximidad de la gala de los Oscar y el fiasco de los Globos de Oro han acelerado las cosas, llegando a un acuerdo in extremis. Esos son los motivos oficiales, aunque me ha llamado la atención que los medios de comunicación no se hayan cuestionado el fracaso de la huelga; los objetivos conseguidos por la WGA son parciales (y poco fructíferos, desde mi punto de vista) y aunque han usado los Oscar como excusa, no creo que les hubiese dolido mucho dejar a la Academia por el camino si realmente hubiesen creído que iban a conseguir algo prolongando la huelga.
Durante estos meses, los índices de la televisión americana no habían caído en exceso, los telespectadores se había refugiado en programas sin guión (especialmente reality shows) y no se echaban de menos a los guionistas tanto como se había creído en un principio. Además, los efectos de la huelga en el cine no se estaban notando tanto como en la televisión, y creo que ha sido el miedo de la WGA a que sus asociados pierdan aún más dinero (¡270 millones durante estos 3 meses!) el que ha provocado el fin de la huelga.
La WGA intenta destacar, más que los números, el hecho de sentar precedentes y conseguir por vez primera, residuals para los nuevos medios (Internet y telefonía). Era evidente que tarde o temprano las majors terminaría otorgando regalías por la explotación online y mediante móviles, por lo que creo que hay que cuestionarse los objetivos logrados, más aún cuando vemos que estos números parece que no van a compensar las pérdidas sufridas por los guionistas durante los meses de huelga.
Patric Verrone (presidente de WGA West) se lamenta por no haber conseguido que los guionistas de reality shows (sí, la telerrealidad también está dirigida por guionistas) y de animación entraran dentro de la negociación, pero entendían que se trataba de beneficiar a la comunidad, aunque se tuviese que sacrificar a un colectivo más o menos minoritario.
Muchos analistas destacan que, al igual que la huelga de 1988 inició un nuevo tipo de programas basados en la telerrealidad (como Cops), esta huelga de 2007 supondrá una nueva forma de explotar obras de forma independiente por Internet; Verrone cree que a partir de ahora nacerán nuevas compañías que expandan los límites del entretenimiento más allá de los siete grandes conglomerados. Viendo la situación en la que han quedado muchos guionistas y los ingresos que han perdido, creo que esto sólo será posible si las grandes deciden seguir apostando por unscripted shows, lo que obligaría a los guionistas a buscarse la comida por otros medios (léase, independientes en Internet). Si no es así, los guionistas seguirán yendo a trabajar a Culver City, a Burbank y a los otros enclaves de las majors.
Es curioso que, aunque generalmente se suele resaltar lo diferente que son los sistemas anglosajón y continental, a la hora de la verdad ambos se parecen más de lo que se cree. Mientras que el derecho continental reconoce determinados derechos morales, el anglosajón ha llegado a ellos a través de pactos intersectoriales (los acuerdos de la WGA es uno de ellos); nuestros derechos remuneratorios son los residuals norteamericanos, aunque de lo que sí adolecemos aquí es de un sector autoral agrupado que reivindiquen sus intereses, sobretodo a la hora de negociar sus contratos, ya que los acuerdos aquí distan mucho de los conseguidos en EE.UU.
Sensación de victoria para algunos, la industria que no se pronuncia, y nos queda por ver si los daños colaterales de esta huelga será el mayor empobrecimiento de la triste situación de la cultura en nuestros días. Podéis encontrar un resumen del acuerdo aquí.
A mà en este caso me da la sensación que se ha perdido 60 y se ha ganado 40. Hay cantidades que suenan muy muy grandes, y que finalmente si pensamos que hay que dividirlo entre todos al final los resultados absolutos son francamente de risa.
Por otra parte, ya tengo ganas que algunas series continúen para poder ver más 😉
A pesar de las muchas cosas que se dicen por ahÃ, tienes toda la razón en el hecho de que los autores españoles no tienen un sentimiento gremial o una tendencia asociativa. Los guionistas en España ni siquiera han conseguido tener un Convenio Colectivo propio para la televisión (ámbito en el que son más o menos fuertes).