Esta semana ha tenido lugar en Zaragoza el I Congreso Iberamericano Bitácor@s y Derecho, promovido por Pedro J. Canut y organizado por Alfa-Redi, COLORIURIS y Blogia, del que ha salido la «Declaración de Zaragoza» que reproduzco más abajo (con la consiguiente aceptación del Contrato Coloriuris).
Numerosos bloggers y ponentes han cubierto el Congreso, entre los que destaco al siempre mordaz Antonio Fumero (¿por qué nos relacionas a los abogados con el 666?), a Javier Muñoz (con quien generalmente me suelo identificar y que abogó por la existencia de leyes perfectamente válidas para la blogosfera), y a Javier Prenafeta, cuyo blog es uno de mis «bloglines».
Declaración de Zaragoza
Los abajo firmantes consideran que las herramientas jurídicas desarrolladas a partir de la tradición romano-germánica que inspira las legislaciones nacionales de los paises que integran Iberoamérica pueden dar respuesta a las necesidades de regulación del ciberespacio con respeto a la soberanía nacional de los Estados, la libre circulación de bienes y servicios y las libertades individuales.
Y, concretamente, respecto de las bitácoras personales, sus contenidos y los sistemas de alojamiento de bitácoras el Derecho Romano-germánico ha desarrollado regulaciones que requieren la armonización normativa con otros Estados y no generar desarrollos insulares, de modo tal que satisfagan las necesidades de la sociedad civil, el sector privado y los Estados.
En lo que respecta a la naturaleza jurídica de las bitácoras; y sin negar la existencia de diferentes modelos de negocio a partir del formato «weblog», lo cierto es que las bitácoras personales, entendidas como «diario personal en línea» o «cuaderno de bitácora» se configuran como un medio de comunicarse y no necesariamente como un medio de comunicación; de donde se deriva un régimen de responsabilidad subjetivo y personal.
En lo que respecta a la protección de la intimidad de los usuarios de la red se propone un modelo jurídico que puede tener como referencia los avances de la normativa de la Unión Europea, con especial atención a los flujos internacionales de datos personales; incentivando el sometimiento a las normativas garantes de la privacidad y la autodeterminación informativa; sin que el domicilio del prestador de servicios de alojamiento de contenidos suponga una desventaja competitiva en el mercado global.
En relación al binomio protección/difusión de contenidos digitales se propugnan soluciones que, buscando el necesario equilibrio entre los derechos de propiedad intelectual de los derechohabientes y el libre acceso a la cultura de los usuarios, permitan la necesaria seguridad jurídica a través de contratos en línea que reflejen la voluntad de los derechohabientes y de los usuarios de la cultura; favoreciendo aquellas soluciones contractuales que contribuyan a la libre circulación del conocimiento sin merma de la protección de los derechos morales entendidos como derechos de la personalidad y favoreciendo la libertad de autogestión.
Por último constatamos que las bitácoras personales se presentan como una herramienta fundamental para el desarrollo de la democracia participativa y para la necesaria interrelación entre la administración y los ciudadanos, en los mecanismos de participación ciudadana, transparencia de la gestión pública y acceso a la información.
Es voluntad de los abajo firmantes recabar la adhesión a la presente Declaración a las instituciones públicas y privadas de Iberoamérica volcadas en el estudio y regulación del ciberespacio desde la perspectiva del derecho romano germánico.
Zaragoza, 6 de Junio de 2.006
Andy, te echamos de menos. La próxima vez no te escapas…
No sé… es algo que me sale natural: debe haber algo de endemoniado en vivir de los conflictos de los demás 😉
Apocalipsis 13, 17: «…y que nadie pusiese comprar o vender sino el que tuviera la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre. (18) Aquà está la sabidurÃa. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis».
Sigue asÃ, tú si que eres mordaz.
la «culpa» del 666 no es de Antoine…es de Muñoz (que se calla como un p… y no reconoce su autorÃa).
Y…sÃ…te echamos de menos 😉