De vuelta de Japón

Después de un mes sin escribir, por fin encuentro un hueco para poder contar el viaje a Japón que realicé hace unas semanas, tal y como conté en el último párrafo del anterior post.

Lo cierto es que Japón es un paí­s que sorprende, tanto por la diferencia cultural como por la propia personalidad de los nipones, extremadamente educados y respetuosos con sus conciudadanos. Lo primero que te encuentras nada más aterrizar en Narita son varios letreros recordándote que está prohibido introducir en el paí­s objetos que vulneren las leyes de Propiedad Intelectual (y para nosotros, también las de Propiedad Industrial), y como ejemplo hay vitrinas en las que se pueden ver bolsos confiscados a viajeros que pretendí­an entrar en el paí­s con tales objetos ilegales (los japoneses se deberán sorprender al comprobar lo fácil que es comprar un bolso falsificado en nuestro paí­s y la «popularización» de los mismos).

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En Ginza habí­a tiendas de firmas de lujo de 4 y 5 plantas y por las calles y el metro, hombres y mujeres llevaban sus bolsos. El respeto y admiración por «la marca» era manifiesto.

He encontrado que la mezcla de tradición e innovación que hay en la cultura japonesa (con templos y modernos rascacielos a pocos metros de distancia) también se pueden encontrar en el área del ocio y del entretenimiento, con un evidente desarrollo tecnológico, pero con la conservación de lo fue la norma hace unos años. Llama la atención ver la presencia que Sega tiene en Akihabara, ir a tiendas de 4 plantas con videojuegos de plataforma clásicas (desde 8 bits, pasando por GameBoy, MasterSystem I y II, NeoGeo, etc.), y la importancia que sigue teniendo el soporte en su cultura del coleccionismo.

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Tienda de videojuegos de segunda mano en Akihabara, algunos tan caros como uno nuevo para la PS3

Pero como digo, si algo me ha sorprendido es la aparente resistencia del soporte fí­sico (tanto en audio como en ví­deo), con enormes centros comerciales con miles de los más variopintos soportes, y en ellos con secciones dedicadas exclusivamente a soportes de alta definición (Super Audio CD, Blu-spec CD, Blu-Ray, etc.) que son más grandes que cualquier tienda de discos de nuestro paí­s. La devoción de la cultura japonesa por la calidad es manifiesta y se podí­an encontrar en Akihabara decenas de pequeños establecimientos con equipos de alta fidelidad de varios miles de euros que hací­an las delicias de cualquier audiófilo. La mayorí­a de los reproductores que vendí­an eran de Super Audio CD, y de ví­deo, grabadores de Blu-Ray (el CD y el DVD ganaba en el software, no en el hardware).

Es sorprendente la potencia de tiendas de discos como Tower Records (increí­ble la tienda de Shibuya con ¡¡9 plantas!!) y HMV, desaparecidas o en decadencia en el resto del mundo; llama la atención que en la última planta de una tienda de ropa í­ntegramente femenina hubiese una tienda de Tower Records (y con gente dentro). Como curiosidad, en esta última tienda encontré un disco del grupo español Cola Jet Set, del sello independiente Elefant.

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Tienda de His Master Voice al fondo, muy cerca de la tienda de Tower Records de Shibuya

De tecnologí­a compré únicamente (que no es poco) el nuevo Sony Vaio P (al que, por cierto, ya le he metido la RC de Windows 7 porque de los 600 gr. que pesaba, creo que 599 serí­an del Vista), aunque sí­ me dejé llevar por mi pasión de coleccionista y compré unos cuantos discos, algunos de música japonesa (sobre todo J-Rock), y otros extranjeros en formatos difí­ciles de conseguir en España, como The Freewheelin’ de Bob Dylan en Super Audio CD, y por curiosidad, Live in Tokyo de Miles Davis en Blu-spec CD (más que un formato, una nueva forma de grabar CDs que no creo que Sony se atreva a lanzar fuera de Japón y que, sinceramente, apenas encuentra diferencias de sonido con un CD normal). Los precios no eran mucho mejores que en España, entre 5 y 18 euros por disco, pero la oferta daba auténtica envidia.

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Disco Blu-Spec Cd. Como digo, no merece la pena.

Sobre el mercado online, no dispongo de cifras, pero viendo la cantidad de anuncios que se podí­an ver en las tiendas y en las calles con ofertas de música para el móviles (impresionante protagonista del dí­a a dí­a de los japoneses), intuyo que estará muy desarrollado. Un dí­a pude preguntar a uno de los pocos japoneses que encontré que podí­a mantener una conversación en inglés, sobre la forma en la que accedí­an a la música y al cine, y me comentó (es la opinión de un único japonés, por lo que supongo que habrá que contrastarla con la de muchos otros) que iban al cine, compraban CDs, música por Internet o se la descargaban en el móvil. Sobre P2P, decí­a que conocí­a a gente que se descargaba contenidos a través de este tipo de redes, pero que no era ni de lejos una práctica habitual. La sensación que me dio todo ello es que Japón está realizando una buena transición, donde el entorno off-line y el on-line compiten en paridad y sin influencias de canales alternativos.

Como digo, no pude comprar más tecnologí­a porque la gran parte de los productos que allí­ vendí­a estaban hechos únicamente para el mercado japonés, tanto los teléfonos móviles (constantemente en manos de sus dueños) como los reproductores de MP3 (que, excepto el iPod y poco más, estaban sólo en japonés). Además, algo que realmente me llamó la atención es que prácticamente todos los móviles y los MP3s tení­an sintonizador de televisión (el equivalente a nuestro DVB-H), al igual que muchos coches. «El VOD está bien, pero mejor si además puedes verlo en directo ¿no?», parecen estar pensando los japoneses. Sin duda un camino a seguir.

Me he ido con la sensación de haber estado en un pueblo educado y respetuoso con el prójimo, tremendamente amante del coleccionismo, apasionado por la calidad y las nuevas tecnologí­as, y donde los soportes compiten en iguales condiciones con los archivos digitales. Como en todos los viajes, hemos dejado varios sitios por visitar para tener una excusa perfecta para regresar… y espero que sea pronto.

7 Comments

  1. Después de leer tu post y ver las fotos no he podido evitar la tentación de abrir la página de comentarios para decir la envidia que nos das por haber estado en Japón, interesantes fotos e interesantes cosas las que cuentas pero no dices nada de Tokyo, supongo que no es necesario ir a la capital para respirar aire japones (metafóricamente hablando).

    Te he agregado en twitter y en facebook para leer más cosas que escribas.

    Un saludo de otro Andy.

  2. Pues, mirando el tema desde una perspectiva de la Propiedad Intelectual jeje…lo que mencionas sobre Japón, su respeto a las leyes de propiedad intelectual va definida por conceptos mas allá de la simple cultura de respeto, entran agentes económicos como son el nivel de vida japonés, donde un disco de 18 euros es un precio normal y donde conseguir un CD, DVD o cualquier otro soporte es muy fácil, sea de la época que sea, ayudado por la cultura coleccionista. Vamos, que si yo ganara mas de 100000 dolares al año, tendría todos mi música en soporte físico.

    Estos agentes económicos ayudan, no en su totalidad por supuesto, a aumentar el uso de redes P2P, debido a que la gente quiere tener acceso a la cultura y el medio de acceso mas cómodo, es la web. Inclusive existen personas que utilizan las redes debido a que no encuentran un soporte físico de lo que buscan, aun cuando están dispuestos a pagar por él.

    Espero que se entienda mi idea. Saludos.

  3. Para comprar CD y películas, lo suyo en japon es pasarse por las tiendecitas de segunda mano. Por poco precio, te llevas cds que están en perfectas condiciones (vamos, le pongo celofan, digo que es nuevo y cualquiera se lo creería).

    A mí la primera vez me llamó la atención la forma de disposición de muchas tiendas dentro de edificios y tal, así como la educación que tienen (aunque a los gaijin a veces nos miren un poco raro jeje). Por cierto, de qué grupos de jrock has comprado cd? Más que nada por curiosidad.

    Respecto a los blu spec, en teoría para que se note hace falta un equipo muy muy sensible (y tener un oído de esos super exigente), pero de los que he oído tampoco he notado mucha diferencia. En el caso de películas y series en DVD ya es otro cantar, que comparar los bitrate de los que nos traen a España (y no hablemos cuando adaptan de 16:9 a 4:3 a base de cortar un trozo y listos) con los de Japón resulta de chiste.

    Un saludo

  4. Estoy parcialmente de acuerdo contigo Marshal. Es cierto que el factor precio influye mucho a la hora de adquirir este tipo de productos, pero creo que el componente cultural de la sociedad japonesa influye mucho más que el precio. Un ejemplo parecido lo viví con los artículos de lujo, especialmente bolsos y carteras. Como digo en el post, absolutamente todo el mundo iba con estos artículos de lujo, que cuestan una media de 1.000-2.000€. Mi mujer me comentó que los japoneses con rentas más bajas ahorran durante meses para poder comprar su bolso fetiche, y no creo que se conformen con uno falsificado, de nuevo, por cuestiones culturales.

    Creo que con los discos, cómics, películas pasa un poco igual. Es evidente que sus ingresos son más elevados que los nuestros, pero creo que incluso si no lo fuesen seguirían adquiriendo música legal por ese componente cultural del que hablo. En cualquier caso, es mi opinión.

    Sergio, efectivamente descubrí varias tiendas de segunda mano (que por cierto, ¡vaya tiendas!), de hecho los discos japoneses me los compré allí por unos 5 euros. La oferta era impresionante. Tengo los discos en casa, así que en cuanto pueda te digo qué grupos eran; dos están bien, pero uno no me gusta del todo.

    Sobre el blu-spec cd, desde mi punto de vista no merece la pena. He hecho pruebas en diferentes escenarios, con equipos medio-alto y alto (no high-end) y la diferencia es tan sutil (en algunos equipos, inexistente) que apenas se notan los matices que pretenden resaltar los de Sony.

    Veo que dominas Japón a la perfección 😉

    saludos a todos.

  5. Definitivamente, has tomado mi sueño y lo has hecho realidad… pero para ti! 🙁 ¡envidia al por mayor!

    Muy interesante lo que describes, la unión de la tradición y la innovación, ¡qué espectacular!

    Yo me hubiera quedado embelesada -y tendría un dolor de cabeza tremendo- con tanta publicidad bombardeándome con anuncios por doquier. Pero lo acepto, qué sería de mí sin toda esa maravilla de colores, frases y palabras que me incitan a comprar -en algunas ocasiones- artículos que termino usando menos de 2 veces al año ¬¬’

    E indiscutiblemente, mi parada sería en una tienda con artículos de anime; no me sacarían de ahí a menos que fuese arrastrando…

    En fin, me sorprende la forma (y el énfasis que pones en ello) en que describes la hospitalidad y buen trato que ofrecen los nipones…
    Habrá qué ir de visita para contar nuestras experiencias personales.

    Buen blog!
    Un saludo.

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