Copyilandia, una isla libre de Derechos de Autor

Ayer estuve en Sevilla y aproveché un rato que tení­a libre y me acerqué a Copilandia, una iniciativa que según sus organizadores es «una isla libre de propiedad intelectual que multiplica, propaga y celebra el libre intercambio del arte y las ideas. Localizada en un barco fondeado en el rí­o Guadalquivir, está equipada con materiales artí­sticos, copiadoras, grabadoras, computadores y sistemas de sonido.»

El Barco de Copilandia

Parece una muy buena idea, un espacio donde crear, donde la creatividad no está condicionada a las limitaciones legales que los textos sobre derechos de autor imponen a los artistas. Al entrar habí­a dos niveles: en el inferior se mostraban panfletos con acciones en contra del copyright y decenas de libros y fascí­culos que podí­an ser fotocopiados libremente, habí­a algún que otro CD que también podí­a ser reproducido, pero eran los menos; en la planta superior habí­a un pequeño bar con las sillas y mesas dispuestas para la celebración de mesas redondas y coloquios. La iniciativa es cuanto menos interesante.

Quizás el artí­culo que más me llamó la atención fue una obra donada por Yoko Ono, la viuda de John Lennon, que fueron 1.000 sellos con la palabra «Imagine Peace»

Obra donada por Yoko Ono - Imagine Peace

Durante las 10 dí­as que dura la iniciativa habrá lugar para coloquios, mesas redondas, charlas y momentos creativos con los que pretenden demostrar que la copia de obras para realizar nuevas es beneficioso para la sociedad porque fomentar la creatividad. Dicen:
«Con la explosión actual de nuevas tecnologí­as de la información y la comunicación, las asociaciones de gestión de derechos y los conglomerados del entretenimiento están enviando sus fuerzas para restringir la libertad de comunicación y así­ prevenir que nuestra herencia cultural entre en el dominio público».

«Vivimos en una sociedad que predica el culto a la originalidad en una cultura de copias. Ahora que el libre juego de la sátira y la parodia se han convertido en robo, lloramos su muerte y concebimos Copilandia de sus cenizas. Con deleite, desatamos las mordazas que sofocan la expresión creativa y nos negamos a echar monedas en el contador cada vez que cantamos una canción. Copilandia nace de la convicción de que compartir es bueno, que la copia es creativa y el hecho de que te copien constituye el mayor halago.»

Además, pude charlar un rato con Kirby Gookin, historiador, artista, miembro fundador de Gratis (colectivo que fomenta la libertad de la cultura) y uno de los promotores de Copilandia. Me estuvo explicando un poco el proyecto y cómo leyes restrictivas anulan la creatividad; argumentaba, con lo que estoy de acuerdo, que la cultura nace de la cultura, que sin unos cimientos, un artista no serí­a capaz de crear nada y por eso estaban a favor del libre intercambio de obras (música y pelí­culas principalmente) porque eso favorecí­a al enriquecimiento de la sociedad. Me puso el ejemplo de Beastie Boys, grupo que aprueba la libre reproducción de sus obras si se realiza entre particulares y nunca con fines comerciales.

Gookin es americano, de Nueva York, y tení­a la perspectiva de las leyes americanas, que son muy diferentes a las europeas; el Copyright Act no establece lí­mites al derecho de reproducción de los artistas ni el derecho moral del mismo (derecho a ser considerado creador de una obra o a exigir la integridad de la misma), el copyright americano es claramente pro-corporaciones. En cambio, el derecho de autor europeo (fijáos en la terminologí­a, en inglés copyright; en la Europa Continental derechos de autor), sí­ impone lí­mites, los usuarios podemos hacer ilimitadas reproducciones de obras si es para uso privado, intercambiar un cd con un amigo aquí­ es legal como también es obligatorio respetar la paternidad de una obra y su integridad.

También le pregunté sobre cómo creen ellos que los artistas debí­an ser recompensados por su creación primero por la contribución que hacen a la sociedad (su esfuerzo creativo lo disfrutamos todos) y segundo para que sigan creando, para que no se tengan que dedicar a otra cosa que haga que dejen de crear. Su postura es lógica: el artista vivirá de sus obras, por algunas cobrará y por otras no y será él quien decida por qué obras cobrar. Me puso el ejemplo de Yoko Ono, que cobra por sus obras aunque otras, como la que reproduzco más arriba, las cede gratuitamente; a un escultor se le recompensa económicamente comprando su obra, aunque posteriormente éste pierde cualquier control sobre la misma: no obtendrá nada por la reventa de la obra (lo que se conoce por derecho de participación), por su exhibición o por reproducción.

Le pregunté ¿bueno, todo eso que me cuenta es legal, es decir, las leyes de derechos de autor ya lo contemplan y además me suena a que no abogan por la desaparación de la propiedad intelectual porque creen que los autores tienen que tener ciertos derechos?
Me contestó que por supuesto que están a favor del respeto de ciertos derechos que tienen que tener los autores que hagan que sigan creando y que es el creador quien tiene que decidir cómo ejercitar esos derechos.

Si seguí­s mi blog desde hace tiempo, veréis que yo creo en la liberdad, no estoy a favor de la manipulación de la información ni de que determinadas personas decidan qué queremos escuchar o qué debemos leer. A priori parece que la libertad que ellos propugnan es la gratuidad aunque después de leer los panfletos que allí­ tení­an y de hablar con Gookin parece que su postura no está lejos de la mí­a, ambos creemos que es el artista el que debe decidir cómo ser recompensado y por qué obra, aunque claro, con unos lí­mites que ya la legislación europea establece; sí­ es verdad que se podrí­an incluir algunos nuevos supuestos, pero creo que ni ellos ni yo estamos a favor de la usurpación absoluta de cualquier derecho a los artistas. De hecho, para mí­ ese es uno de los peligros de los nuevos movimientos en contra de los derechos de autor, en muchas ocasiones despojan a los autores de cualquier protección lo cual creo que es negativo para la cultura en general.

En fin, una propuesta interesante pero como siempre digo, hay que informarse bien porque aunque aparentemente parece una inicitiva para eliminar los derechos de autor, finalmente lo que pretenden es proteger a los autores a través de canales alternativos y gracias a unas leyes que irónicamente, les respaldan.

One Comment

  1. Tiene gracia que los Beastie Boys favorezcan la libre reproduccion de sus discos y en el último hayan incluido una proteccion DRM no?

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