Antonio Alejo me ha mandado una noticia leída aquí y aquí sobre la concesión de una patente a una empresa de Málaga que será necesaria para el funcionamiento del nuevo DNI electrónico, o al menos eso dicen los titulares de dicha patente.
El tema de las patentes lo he estudiado de rebote; en EE.UU., donde hice un master en Propiedad Intelectual, la Intellectual Property incluye las Patentes, Marcas y Copyright, a diferencia de España, en donde las dos primeras están categorizadas como Propiedad Industrial. Aún así disfruté mucho de esta materia porque creo que es tan compleja como enrevesada, más aún en EE.UU. donde todo o casi todo es patentable.
En España no llegamos a tales extremos, pero de vez en cuando vemos solicitudes y concesiones como la de este caso que simplemente llaman la atención. La patente es sobre un «Adaptador de tarjetas inteligentes a puerto estándar para dispositivos con conexión a Internet orientado a transacciones telemáticas.» Es decir, todo y nada al mismo tiempo, un patente sobre un dispositivo lector que es capaz de mandar información de datos biométricos y criptográficos (o no) de una persona a través de Internet.
Me sorprendo más al leer las reivindicaciones (claims) de la concesión de la patente que son tan amplias que la fabricación de otro dispositivo que cumpla la misma función pero por otros medios podría ser considerada una infracción de la misma. Esa es precisamente la finalidad de las patentes, crear un monopolio legal sobre invenciones para garantizar su explotación en exclusividad, pero el problema es que esta patente va más allá.
Tradicionalmente defiendo el sistema de patentes, pero una concesión tan amplia, sobre un dispositivo tan genérico y con tecnologías que «estaban en la calle» en el momento de su solicitud (2001) creo que pone en peligro el poco utilizado sistema de patentes nacional. Patentar creo que es positivo, pero verdaderos avances, no un aparato tan obstructor como es éste, que simplemente recoge una serie de tecnologías para monopolizar el conjunto de todas ellas. En fin… pongo un enlace a la concesión de la patente.
La cosa es que está demostrado que no se trataba de una «invención» ya que hacÃa bastante tiempo que habÃa sistemas similares (http://www.epanorama.net/documents/smartcard/smartcard_reader.html)
Eso sin contar la norma PC/SC (http://www.pcscworkgroup.com) que ya estaba en uso desde 1997 (http://www.pcscworkgroup.com/overview/faq.php).
Como he leido en otro sitio… ¿Es posible que en el año 2001 se inventaran los lectores de unas tarjetas que aparecieron por el mundo a finales de los sesenta y principios de los setenta?