La semana pasada prometí seguir hablando sobre webcasting y aunque con un poco de retraso motivado por el volumen de trabajo y por la preparación del nuevo podcast (ya disponible), sigo con este tema tan actual como controvertido.
A principios de mayo, la Copyright Board, una sección del Library of the Congress de EE.UU. que se encarga de fijar los royalties de las licencias que impone la ley, anunció que las nuevas tarifas legales aplicables a la comunicación pública de música por Internet. í‰stas establecen un aumento importante en los importes a pagar ya que del precio actual de 0.0762 dólares por canción y por oyente, se aumentará de forma retroactiva a 0.008 dólares para 2006, 0.011 dólares para 2007, 0.014, 0.18 y 0.019 dólares hasta 2010. Y para radios no comerciales habrá una «tarifa plana» de 500 dólares anuales.
Como es de suponer, estas tarifas no han sentado nada bien a los webcasters, los cuales se han unido en una plataforma (savenetradio.org) que pretende concienciar a los ciudadanos para que muevan ficha y presionen directamente a sus representantes en el Senado y en la Casa de Representantes para que aprueben dos propuestas de leyes que permitiría a los webcasters a seguir con las tarifas que tenían hasta ahora, evitando así la bancarrota en la que entraría muchas radios por Internet. «El 15 de Julio de 2007, la música se morirá», anuncian en la web.
Una de las empresas que está apoyando con más energía esta campaña es Pandora, la cual anunció hace unos días que bloquearía el acceso a su servicio a los usuarios de fuera de EE.UU. por no poder afrontar los gastos que supondría poner a disposición obras musicales fuera de EE.UU.
Al otro lado de la batalla está SoundExchange, la entidad de gestión americana que recauda los derechos de los músicos y las discográficas por las transmisiones digitales de sus obras (en EE.UU., los artistas y las discográficas no tienen tal derecho para el entorno analógico). SoundExchange se defiendo argumentando que Savenetradio.org es una campaña de presión orquestada por los grandes webcasters (Yahoo! y AOL, entre otros), que no pretende más que poner a los ciudadanos en contra de quien «crea la música sobre la que se basan sus negocios«.
SoundExchange critica las propuestas de ley introducidas en el Senado americano ya que ésta no beneficiará a los pequeños webcasters, sino a compañías como Clear Channel, Microsoft o AOL. SoundExchage critica la desproporcionalidad de la propuesta de ley, que obligaría a devolver 12 millones de dólares a los 20 principales webcasters por el año 2006, mientras que el pago retroactivo fijado por el Copyright Board sería de 850.000 dólares.
Aún así, y en un intento de favorecer a los pequeños webcasters, SoundExchange les ha lanzado una oferta por la que permanecería en vigor hasta 2010 el «Small Webcaster Settlement Act», por el que los webcasters con ingresos brutos de hasta 250.000 dólares anuales, pagarían un 10% de los mismos, y un 12% por encima de dicha cantidad. Esta medida ha sido también fuertemente criticada, ya que según Savenetradio.org, esta medida permitiría que grandes webcasters como AOL o Yahoo! pudiesen caer dentro de la categoría de «small webcaster» y beneficiarse así de estas condiciones ventajosas.
En España la situación es bien diferente. Aquí los autores, artistas y productores fonográficos tienen derechos exclusivos y remuneratorios tanto en el entorno digital como en el analógico, y las tarifas son fijadas por las entidades de gestión, aunque aprobadas anualmente por el Ministerio de Cultura. Los webcasters en España pagan a SGAE un 5% de sus ingresos anuales brutos, cantidad que se aumentará al 6% para 2007, con mínimos mensuales de 106,50 si el webcaster tiene menos de 50.000 visitas y con criterios correctores según el intensidad del uso del repertorio (paga menos quien use menos música). Y pagan también a AIE-AGEDI (a artistas y productores), con una tarifa a elegir por el usuario entre 0,0007 € por canción transmitida y oyente, o 0,000175 € por minuto de emisión y oyente, pero especifica que esta tarifa es aplicable a los oyentes situados en el territorio español, porque para los que se hallen fuera, se deberá aplicar la tarifa vigente en su país de residencia (ellos mismos tramitan esta licencia multiterritorial, pero con un sobrecargo por costes de administración).
Como veis, el tema es complejo y más o menos pacífico dependiendo de las capacidades del webcaster y del país en el que se halle. Lo que es indudable es que las licencias territoriales en Internet no tienen sentido; las entidades de gestión (y señalo más a las americanas que a las españolas) tienen la obligación de adaptarse a la aterritorialidad de la Red y a las necesidades de sus clientes, que muchas veces son tratados más como enemigos que como verdaderos socios. Y al mismo tiempo, los webcasters deben saber que sus negocios se basan en el trabajo realizado por otros y que por lo tanto, estos creadores deben ser justamente recompensados.
Seguiré hablando de este tema tanto en el blog como en el podcast
Y para los que estén por Madrid, esta tarde/noche, a eso de las 20:00, estaré en el Beers&Blog que Octavio convoca en el Brasileño de enfrente de la Plaza de los Cubos, y mañana en la I Jornada de Negocios. Espero veros allí.