Como ya ha expresado muchos bloggers y webs, hoy es el día del DRM, a decir verdad, es el día anti-DRM, que para aquellos que a estas alturas no sepan qué es un DRM, decir que responde a las siglas inglesas Digital Rights Management y son medidas técnicas de gestión de derechos que llevan incluidos determinados archivos digitales, que permiten a los titulares de derechos de autor gestionar en qué forma van a disfrutar los usuarios de sus obras. En definitiva, los DRM’s son los «culpables» de que, cuando compras una canción en iTunes (si hay alguien por ahí que lo haya hecho, claro), no puedas reproducirla en un MP3 que no sea un iPod.
A pesar de que muchos me creéis cercano a las postulaciones de la Industria, ya he manifestado en muchísimas ocasiones mi disconformidad con la configuración actual de los DRM, a los que he criticado hasta la saciedad. Hay muchos bloggers que llevan años exigiendo y augurando el final de los DRM, están completamente convencidos de que éstos terminarán desapareciendo ya que se impondrá la «razón»; yo no estoy de acuerdo, no creo que los DRM desaparezcan, prueba de ello son las novedades que nos ha traído Zune, el MP3 de Microsoft, con una gestión de derechos novedosa (y muy restrictiva) hasta el momento.
Aunque como consumidor (además de un producto tan minoritario como el Hi-MD), me gustaría ver cómo se elimina la implantación de DRM’s y otras medidas anticopia en los dispositivos que compro, todavía sigo apostando por la interoperabilidad de este tipo de tecnologías como último recurso para que nuestros intereses no se vean tan lesionados. Ha existido experimientos de venta de música sin DRM por parte de alguna multinacional, más como estrategia de marketing que otra cosa, al mismo tiempo que eMusic está demostrando su buen hacer en la venta de música sin gestión de derechos, aunque veo más factible exigir una interoperabilidad que Coral lleva años prometiendo, antes de exigir a Hollywood que abandone su régimen de DRM. Ni lo quiere Hollywood ni lo quieren las desarrolladoras de DRM.
Además, el día anti-DRM coincide con el anuncio de que DVD Jon, ese avispado chaval que en plena adolescencia tardó pocas horas en romper la medida anticopia de los DVD’s, había «clonado» el DRM de Apple, y planea licenciarlo para que cualquier empresa pueda vender contenidos con DRM y compatibles con el iPod, algo que hasta ahora no era posible por la negativa de Apple a licenciar su «FairPlay».
Muchos bloggers han dicho que, claro, que DVD Jon ahora no está saltándose ningún DRM (lo cual es ilegal, recordémoslo), sino añadiéndolo, lo cual está dentro de la legalidad. No sé, a mí eso de «clonar» me suena a reproducir código y eso me sigue sonando a infracción de derechos de autor sobre un programa informático (un DRM no es más que eso), o quizá de patente, si así está protegido el FairPlay.
Desde luego, como aventura Antonio Ortiz, los abogados de Apple tienen que estar cogiendo carrerrilla para ir tras el bueno de Jon.
Feliz día a todos.
La verdad que mi postura ante el DRM es un tanto particular. No me gustan los DRM ni como consumidor ni como ciudadano ante la violación de privacidad que supondrán en un futuro no lejano. No es difÃcil imaginar el DRM recolectando información de lo que escuchas y ves a través de tu ordenador u otros dispositivos y pasando esa información a las empresas a través de tu conexión de Internet.
Pero no creo en la eficacia de las prohibiciones. Por ello creo que lo más apropiado en aras de la transparencia y defensa del consumidor (derecho reconocido en la propia Constitución) serÃa que todo aquél producto que llevara DRM y restringiera la libertad de uso del comprador, deberÃa informar convenientemente de ello, para que el consumidor comprara informadamente.
Y si sabe que el iPod no le deja copiar los ficheros de música a otro dispositivo y que no son compatibles, pero aun asà el consumidor decide comprar productos con DRM, pues entonces es su problema y tendrá lo que se merece.
Si suficientes consumidores huyeran de sistemas DRM, entonces la industria fabricante se lo tendrÃa que plantear. Pero hoy en dÃa el comprador está completamente desinformado al respecto.
Claro que esta serÃa mi solución ideal. Si me dan a escoger entre la situación actual y la que parece apuntar el futuro, o bien la prohibición de los DRM, pues tengo claro que escogerÃa lo segundo.
Veamos cómo explico yo esto sin que se me eche encima todo el mundo.
Si entendemos por DRM todo sistema de gestión de derechos digitales, en sà no tienen por qué ser malos. No hay que plantear el DRM como una medida restrictiva sino como una medida de seguridad. Perfectamente podrÃa haber DRMs que expresamente permitieran la transformación del archivo o la realización de infinitas copias, y que bloquearan únicamente información relativa a los titulares de los derechos (autor y discográficas, por ejemplo) de modo que éstos datos no pudieran eliminarse del fichero. SerÃa útil para evitar plagios u otras infracciones de derechos, garantizando los derechos de esos titulares.
Los DRM no desaparecerán, sino que irán a más, pero yo apuesto por este tipo de dispositivos.
Javier, estoy completamente de acuerdo contigo, asà que si te apedrean a tÃ, yo también caeré 😉
Como dije en el post, estoy en contra de la configuración actual de los DRM, no de la existencia de éstos en sÃ, de hecho, si me dan a elegir, prefiero un DRM a un sistema anticopia como los antiguos Macrovisión o el CSS del DVD. Lo bueno de los DRM es que son tecnologÃas de gestión de derechos, y éstos se pueden gestionar bien o mal.
Mi situación idónea serÃa una en la que el usuario que ha obtenido legÃtimamente una obra, no tuviese que franquear la TPM para hacer un uso justo (siguiendo un poco la terminologÃa americana del «Fair Use») de la misma. Para mà un uso justo es pasarte una pelÃcula a tu PSP o iPod VÃdeo, transferÃrtela a un dispositivo portátil, o hacer un determinado número de copias para amigos, familia, etc. Y por supuesto, la hiper-mencionada interoperabilidad, imperativa para mÃ. Obligarte a adquirir una misma obra en varios formatos para poder disfrutarlos, como dije, en casa, en la PSP, etc. me parece un atraso y un abuso.
Además, la ley protege a las medidas técnicas de protección eficaces, pero ¿puede ser eficaz una medida como FairPlay que se «destruye» cuando se graba en un Cd una canción?
Lo que es evidente es que los DRM no van a desaparecer al igual que es obvio que evolucionarán, aunque lo están haciendo de una forma más lenta de lo que pensaba.
Andy,
Si evolucionasen en la lÃnea que propones, quizá hasta los viera bien en algún momento. Pero viendo los antecedentes (rootkits y demás) me temo que evolucionarán en la lÃnea de invasión de la privacidad, y por supuesto no permitiendo el uso justo.
Por otra parte, estoy de acuerdo en esto que dices:
«Obligarte a adquirir una misma obra en varios formatos para poder disfrutarlos, como dije, en casa, en la PSP, etc. me parece un atraso y un abuso.»
lo cual venÃa muy a propósito en el debate habido en otro de tus artÃculos sobre si la industria te vende contenidos o soporte.
Jejeje, este es uno de esos momentos de «cuando dije digo…»
No, en serio, Pululante, una cosa es formato y otra soporte, dentro de un soporte puede estar la obra en diferentes formatos, y de hecho ya dije con anterioridad que serÃa buena la posibildad de incluir en un Soporte (DVD, Blu-Ray, por ejemplo), una obra en diferentes Formatos (MPEG-2, PSP, etc.), y de hecho, eso se hace hoy en dÃa con la música, la mayorÃa de los Cd de las discográficas tienen las pistas de CD-Audio y luego otra pista con DRM que es la que lee el ordenador (pista que por cierto no sirve para nada, porque no impide que este CD pueda ser importado al ordenador, asà como hacer subsiguientes copias digitales).
Creo que una vez que tengas la obra, te deberÃan dar la opción de cambiarlo de formato, lo cual no quiere decir que la Industria del Entretenimiento vende formatos o soportes, éstos venden contenidos, y de este burro sà que no me voy a bajar 🙂
Al menos coincidimos en algo, lo cual no está mal del todo.
«lo cual no quiere decir que la Industria del Entretenimiento vende formatos o soportes, éstos venden contenidos, y de este burro sà que no me voy a bajar :-)»
Pero lo disimulan muy bien… 🙂
¿Habrá sido por el enlace el motivo de borrar mi último comentario?… No se , si es asà unas normas básicas para dejar comentarios no vendrÃan mal (para no perder el tiempo), pero insisto, los DRM son considerados inconstitucionales por atacar el derecho a la intimidad según eminencias en derecho penal. Véase post del 8 de octubre del blog de Pedro J. Canut.
Que sÃ…, que ya…, que no todos los DRM tienen porque ser asÃ… Pero resulta que vivimos en una realidad en la que la industria quiere que sean asÃ.
d.c., mil perdones, censura ninguna, mientras que no se diga o algo que vaya en contra de la ley, no habrá ningún tipo de criba en este blog; la razón es más sencilla, y es el odioso Spam. Instalé la semana pasada Akismet para luchar con el Spam porque recibo entre 40 y 50 comentarios basura al dÃa y el tuyo se me ha colado. Lo siento muchÃsimo, no ha sido mi intención censurarte ni mucho menos.
¿No tendrÃas guardado el comentario, verdad?
Sinceramente, a dÃa de hoy, y salvo casos como el famoso \»rootkit\» de Sony, poco DRM creo que atenten contra la intimidad del usuario, al menos todos los que yo he probado te informan en todo momento de lo que hacen y de si necesitan mandar algún tipo de información. Pero esto es como las P2P, de por sà no son ilegales, pero sà pueden utilizarse para realizar actos ilÃcitos (al menos desde mi punto de vista, como ya sabéis). Tampoco tanta gente discute la inconstitucionalidad o ilegalidad de los DRM\’s, de hecho, son pocos los juristas que suelen tratar este tema a la hora de estudiar los sistemas anticopia, tan solo indican su posible colisión con el derecho a la intimidad, pero no los califican de ilegales de por sÃ.
En fin, opiniones hay tantas… y aquà aceptamos todas 🙂
Mis disculpas de nuevo.
No te preocupes Andy, no estaba enfadado, más bien estaba extrañado. El maldito spam… Bueno, miralo por el lado bueno, no creo que ningún spammer se tome la molestia de dejar sus mensajes en un blog si no considera que tiene cierta popularidad.