La Semana de la Polémica (I): El Canon

Dos semanas sin escribir, qué queréis que os diga, he estado trabajando 14 horas al dí­a y en tales condiciones no podí­a escribir nada decente. Estas dos semanas he explotado también mi perfil de «eventual» (como dirí­a Antonio), asistiendo al V Foro de Evidencias Electrónicas (del que Miguel íngel hizo un perfecto resumen y donde -por fin- conocí­ en persona al gran Julián Inza), al II Foro Iberoamericano de la Propiedad Intelectual, a las II Jornadas de Negocios en la Red (organizado por el Despacho Gómez-Acebo & Pombo) y a la presentación de «La Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos». Cada dí­a que me levantaba lamentaba no tener más tiempo para un artí­culo que tengo pendiente desde hace meses (lo siento de veras Rafael), para el blog y para otros proyectos que algún dí­a (espero) saldrán a la luz.

Pero dejo de lamentarme. Esta semana ha sido intensa para los que de alguna forma nos ganamos la vida en esto de Internet, la música, el cine, la televisión y todos estos contenidos tan atractivos como polémicos. Han sido muchas, pero me concentraré en este post en el canon, para publicar el lunes otro sobre el futuro del P2P y de los contenidos.

El Canon: con casi 15 meses de retraso se ha aprobado la Orden Ministerial a la que se hací­a referencia el artí­culo 25.6.3 LPI por la que se establecen las nuevas tarifas del mal llamado «canon digital» y qué queréis que os diga, la Orden Ministerial me ha dejado a cuadros. Vaya como comentario impopular del dí­a que yo, al estar a favor de la copia privada, considero que la compensación equitativa del artí­culo 25 es un mal necesario, aunque mejorable. Ya he hablado en muchas ocasiones que estoy a favor del «canon» mas creo que se deberí­a concebir y configurar de forma radicalmente diferente, para cumplir la finalidad que realmente persigue. Aunque con motivos parcialmente diferentes, me sumo a la indignación de mis compañeros blogueros; el legislador esta vez lo ha hecho tarde y mal.

No quiero repetirme así­ que me remito a los buenos análisis que han hecho David y Sergio.

Aún así­ quiero añadir varias observaciones a la Orden Ministerial de marras. Aunque la blogosfera se ha indignado, apuntando directamente a la SGAE, creo que ésta no es la entidad de gestión que ha salido más beneficiada de la dichosa disposición legal. Mientras que para SGAE el canon no supone ni el 10% de sus ingresos (vamos, que podrí­an vivir perfectamente sin ella), para otras entidades de gestión como EGEDA o CEDRO, la compensación equitativa supone dos terceras partes de su recaudación, por lo que de desaparecer el canon, probablemente éstas también se fuesen al garete. Que conste que ni trabajo en la SGAE ni tengo relación comercial alguna con ellos, pero hay que ser justos y saber que si a alguien beneficia el canon es a esas entidades que no hacen campaña a favor del mismo para que la opinión pública no se le eche encima.

Y precisamente creo que es CEDRO la que más beneficiada ha salido de esta Orden Ministerial, ahora que por primera vez va a recibir su cachito del pastel de los CDs y DVDs (un 1,1%, algo que vení­a reivindicando desde hací­a tiempo); en fin, ¿quién tiene una novela o un libro de texto copiado en un CD o en un DVD? ¿Y qué decir de las tarifas para equipos o aparatos digitales de reproducción de libros? La Orden Ministerial establece que el precio para una impresora de inyección de tinta se habrá de pagar 7,95 € y para, por ejemplo, un equipo con capacidad de copia de 70 ó más copias por minuto ¡¡¡227,00 €!!! ¿quién tiene un equipo de esas caracterí­sticas para hacer copias privadas? Esos equipos tienen fines comerciales o profesionales y por tanto no son idóneos para realizar las copias privadas del 31.2 LPI; pagarán un canon para compensar por un acto que no realizarán nunca. Un iPod de 160gb, que puede almancenar 40.000 canciones, paga 3,15 € de canon, y una impresora láser que difí­cilmente se utilizará para imprimir una novela, 10 euros. En fin…

Esto es precisamente lo que critico de «nuestro» canon digital, la arbitrariedad que le rodea. El artí­culo 25 de la Ley dice que la finalidad de esta compensación equitativa es «compensar los derechos de propiedad intelectual que se dejaran de percibir por razón de la expresada reproducción»; ¿cumplen estas cantidades dicha finalidad?

Me he quedado a cuadros cuando he leí­do el punto Tercero.1. que establece unos máximos y mí­nimos que deberá tener esta compensación equitativa, es decir, que si por cualquier motivo no se venden suficientes aparatos o dispositivos, el Gobierno les asegura a los beneficiarios de este canon una cantidad económica ¿para compensarles de qué entonces? Y viceversa, si un cacharro se vende excepcionalmente bien y sirve para estos propósitos, habrá un tope de compensación que no se podrá revasar. Esta horquilla estará entre los 110 y los 117 millones de euros.

Por cierto, que la Orden Ministerial tal y como se ha publicado en el BOE dispone que la cantidad para libros no podrá ser inferior a 34.800,00 euros, cuando en realidad supongo (desgraciadamente) que querrá decir 34.800.000 euros, error que supongo que será solventado en un futuro número del BOE. Lo de los discos duros merece mención aparte, pero como Sergio y David ya han hablado de ello, me remito a sus análisis.

La Orden, como buena norma, se deja muchos aparatos y soportes por el camino, creando confusión, imprecisión jurí­dica y estoy seguro que algún juicio cercano. Por ejemplo, qué pasa con los nuevos discos de memoria sólida SSD, con gadgets como mi última adquisición, un lector Sony eReader, o con los discos grabables Blu-ray. Además, hubiese sido un momento perfecto para exceptuar a determinados entes a pagar canon, como a las Administraciones Públicas.

En resumidas cuentas, es una Orden Ministerial que hace que abramos los ojos a medida que la vamos leyendo, con cantidades arbitrarias, no basadas en criterios económicos objetivos y que crea, si cabe, más polémica, para perjuicio de los titulares de derechos, sector injustamente denostado en nuestros dí­as.

El lunes, más. Buen fin de semana.

Actualización 22-06: Me llamó la atención, no caí­ en un primero momento, pero anoche comentando la O.M., un compañero me resaltó lo fácilmente impugnable que es. La LPI establecí­a que esta OM debí­a estar firmada por los Ministerios de Cultura e Industria, y en cambio aparece refrendada por Marí­a Teresa Fernández de la Vega, Ministra de la Presidencia. Quien quiera impugnar esta Orden lo va a tener realmente fácil.

Además, me dice Sergio que los discos Blu-ray podrí­an entrar en la categorí­a de «discos versátiles», es decir que pagan igual 4`7Gb que 50Gb, ¿y son los MiniDisc «discos versátiles»? Técnicamente sí­, tienen 1Gb y pagan lo mismo que un BR de doble capa. De locos…

8 Comments

  1. Hola Andy,

    lamentablemente no es tan fácil de reclamar como indicas (ojalá lo fuera!), dado que has pasado por alto un par de factores. El más importante proviene precisamente del artículo de la LPI, y en particular de cómo indica que se hará esta Orden

    «Los Ministerios de Cultura y de Industria, Turismo y Comercio, en el plazo de tres meses, contado desde la comunicación o desde el agotamiento del plazo referidos en la regla anterior, establecerán, mediante orden conjunta»

    Por qué digo esto? Muy sencillo, la Ley del Gobierno regula una forma especial a la hora de dictar normas como la presente (conjuntas de ambos departamentos, recordemos) en su Art. 25.f. Así, las Ordenes Ministeriales que afecten a varios Departamentos revestirá la forma de Orden del Ministro de la Presidencia, dictada a propuesta de los Ministros interesados. Recordemos ahora cómo abría esta Orden

    «En su virtud, a propuesta del Ministro de Cultura y del Ministro de Industria, Turismo y Comercio, dispongo: «, y recordemos en virtud de qué cargo firma de la Vega

    «La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega Sanz.»

    De esta forma, cumple perfectamente el procedimiento para el dictado de la Orden, con lo cual su impugnación basada en este factor sería un camino equivocado.

    En el caso del BLURAY, suponiendo que efectivamente apliquen la interpretación que te comenté sobre disco versátil (que provocó su aplicación a DVD fuera del documento oficial de especificaciones, es decir,q ue sirven para más cosas que vídeo) la diferencia de precio puede estar justificada en la diferenci en cuanto a su destino y el porcentaje de uso. Pensemos que el uso de BD-R no está ni mucho menos al mismo nivel que los DVD (ni en precio, ni en número de unidades grabadoras entre los clientes) con lo cual a lo mejor tiran por allí (o a lo mejor se les ha pasado). Recordemos también el tema de los SSD y como hace referencia a «disco duro es un disco magnético que…». Y ya no digamos nada de una excepción cuyo alcance en la práctica resulta nulo. En fin, que no quiero calentarme de nuevo 😉

    Un saludo

  2. Gracias por la puntualización Sergio, nunca está de más recordar el derecho político. Aún así, se comenta por los mentideros de la Propiedad Intelectual que la LPI podría haber creado una nueva vía de aprobación de Órdenes Ministeriales conjuntas, aunque como demuestra la tachadura de más arriba, no suscribo dicha interpretación.

    Está dando de sí la dichosa Orden…

  3. Hola:

    Como sabes estoy con Sergio, y ahora contigo jeje, pero si la gente anda de verdad planteándose eso ya se lo puede hacer mirar…

    La Orden es un desastre porque probablemente no la han redactado personas neutrales, sino buscando un resulado económico por encima de todo.

    Coincido plenamente con tu análisis, como no podría ser de otra forma. Lo de CEDRO es mundial, son los mejores, jajaja, siempre consiguen lo que quieren sin dar ruido y parece que no existen….

    El problema con todo esto es que estan cargándose el derecho de autor porque estan irracionalizando el debate de ideas y al final cuesta mucho educar para que la gente lo entienda. Con cosas como esta consiguen todo lo contrario.

    Un saludo.

  4. Salud

    Definitivamente lo han hecho mal, muy mal. Algunas cosas sorprenden, la cantidad de metidas de pata para una norma que sale tarde (si hubiese salido al día siguiente de la ley diríamos que son las prisas, acá no hay excusa que valga).

    Lo de las máquinas de gran capacidad no es extraño, es como las fotocopiadoras industriales de antaño, y claro que se utilizan para copias privadas, de libros y demás, aunque no sea su único fin y aunque en ciertas tiendas sólo te copien «el 10% por cada vez que vas» (en otras te dejan que te imprimas o fotocopies tú mismo, «te alquilan» la máquina más bien). Y esto lo digo tanto para fotocopiadoras tradicionales como para impresoras semi-industriales (que se ven en las copisterías).

    Ahora bien, falta un proceso rápido y simple para devolución de los «cánones» cobrados a quienes no pueden llevar a efecto la copia privada (dícese de administraciones públicas, personas jurídicas -con la salvedad de las empresas dedicadas a copias para terceros-, etc.), para que si una empresa compra una impresora no tenga que soportar un canon que, por Derecho, no le correspondería pagar en ningún caso. O la administración, que es donde más duele.

    En fin, de todas formas, bien indicas que los precios y demás no son proporcionados, no atienden a razones, ni están bien realizados. Vamos, peor imposible. No, sí que era posible hacerlo peor (al margen de precios y aparatos sometidos), y era poner esos topes máximos y mínimos, eso sí que no tiene sentido (sobre todo el «tope mínimo», el máximo lo entiendo más, sobre todo si se lo queda el ministerio para reinvertirlo en cultura «de verdad»).

    Hasta Luego 😉

    PD: Creo que tengo más discos con libros y similares que con música no-libre, así que no me parece extraño que «trinquen», los de CEDRO, de los CD y DVD.

  5. Hola Jomra,

    No te negaré que con la entrada de ebooks y similares, es posible que cada vez más gente «obtenga» libros y los guarde en CD y DVD. Ahora bien, debemos ir a lo que nos interesa. Cuántos de estos libros son realmente copias privadas? Si nos dedicamos a reducir el concepto (y por tanto las obras a las que se les puede aplicar) qué sentido tiene ampliar tanto el canon? A menos que tengamos en casa una máquina dedicada a escanear nuestros libros para así utilizarlos en privado y tal, aún podríamos hablar (aunque seguiría sin estar de acuerdo). Aún así, los de CEDRO no llaman mucho la atención y, al menos en los institutos te aseguro que nos presionan «un poco».

    Un saludo

  6. Salud Sergio

    La reforma fue hipócrita, redujo, o intentó reducir, el ámbito de la copia privada a la par que aumentó las recaudaciones o elementos susceptibles a soportar el mal llamado canon. Eso es innegable. Sobre este punto, Fernando Carbajo (prfesor de Derecho Mercantil de la USAL y Magistrado Suplente de la AP de Salamanca) hizo una interesante precisión o apunte durante una conferencia en el Medialab Padro de octubre del año pasado (creo que fue): El legislador ha variado la redacción del art. 25.1, cambiando «La reproducción realizada exclusivamente para uso privado, conforme a lo autorizado en el apartado 2 del artículo 31 de esta Ley, (…)» por «La reproducción realizada exclusivamente para uso privado, mediante (…)», según Carbajo, este cambio no es «gratuito», es para permitir que situaciones que no caben en el artículo 31.2 se consideren, a efectos del 25, copias «compensables», aunque no del todo «privadas» si atendemos al 31 (sí, pienso en P2P y otras formas de compartir archivos, y por lo visto el legislador también). ¿Rebuscado y contrario a la finalidad «expresada» por la ley? Sin dudas, pero también lo es la presente Orden, y mira cómo se va a aplicar :P.

    CEDRO es bien tocanarices (y perdón por la expresión), saca una muy buena tajada, y no se ensucia públicamente como la SGAE (tampoco insultan la inteligencia del personal, ni llama pendejos electrónicos a nadie, ni nada de eso, claro). O sea, hacen mejor su trabajo, perfil bajo para conseguir más.

    Hasta Luego 😉

  7. Canon digital: los favores hay que pagarlos

    Zapatero no ha dudado en utilizar a su favor a representantes del denominado mundo de la cultura, parece que con ello pretendía hacer creíble su mensaje con la compañía de quienes tienen por vocación hacer la vida más fácil a los demás.
    No obstante no parece que lo haya consiguiendo. La bandera de la libertad y del progreso que esgrime en sus reiteradas apariciones chocaban con la realidad de las cifras de la economía, con las sentencias de los tribunales defendiendo el derecho de los padres a la educación de sus hijos según sus convicciones, y con una política territorial que está abocada a la desaparición de las garantías que hacen que todos los españoles seamos iguales ante la ley.

    Zapatero necesitaba poner música y escenario a su grandiosa elocuencia; y lo hizo acompañado de quienes consideran que la cultura, la investigación y el deporte deben estar al servicio de una ideología que hoy tiene como principio mantenerse en el poder para seguir recibiendo las subvenciones propias de lo que está en decadencia.

    Zapatero no debería buscar su credibilidad en las bellas artes, sino en la realidad del día a día, en la economía. No obstante las cosas no van por los estudios económicos sino por los nuevos bufones de la nueva corte.

    El canon digital que ya estamos pagando, sin duda, es el pago a los esfuerzos de la comparsa. Pienso que ahora sí les podemos llamar con propiedad estómagos agradecidos.

    Carlos Menéndez
    http://www.creditomagazine.es

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