Hace ahora justo un año hablé del proyecto de Cablevision, una empresa de cable americana que pretendía lanzar al mercado una nueva serie de DVR’s (denominados Remote Storage DVR) en los que el disco duro, en vez de estar en el decodificador del cliente, estaba situado en las oficinas de la compañía, abaratando costes logísticos de la empresa, que a partir de entonces no tenía que enviar un técnico a casa del suscriptor en caso de avería.
El problema que ello provocaba era que la copia ya no la realizaba el usuario, sino la compañía a petición de éste, lo que aunque en el mundo real no tiene demasiada importancia, en el retorcido mundo jurídico sí la tiene.
Varios estudios de Hollywood demandaron a Cablevision y ayer se publicó la sentencia que condenaba a esta última por realizar reproducciones no autorizadas de las obras protegidas de las primeras, en base a que este acto no se podía considerar amparado por la Section 107 de Fair Use. Un juez del U.S. District Court in Manhattan consideró que
«The RS-DVR is clearly a service, and I hold that in providing this service, it is Cablevision that does the copying»
Como ya dije en su momento, aquí en España, y en base a un Real Decreto desconocido por muchos (el RD 1434/1992), la solución hubiese sido similar a esta resolución americana ya que no se consideran copias privadas las realizadas en establecimientos dedicados a la realización de reproducciones para el público (artículo 10 del precitado RD).