El sistema marcario americano me produjo muchísima curiosidad y asombro cuando lo estudié hace un par de años, tanto por su extensa protección por el mero uso, como por figuras que están vagamente recogidas en nuestro sistema legal, como es el caso del «trade dress».
El «trade dress« es la protección a través de marca, de la apariencia visual de un producto o de su envoltura, incluyendo su color, forma tridimensional, o incluso el olor del mismo. Para que una «envoltura» o «apariencia» pueda ser protegida mediante «trade dress», debe cumplir dos requisitos, que son la presencia de un carácter identificativo y distintivo por parte del público (ya sea por su naturaleza de «inherently distinctive» o por adquirir «secondary meaning«, según el caso), y, en segundo lugar, no puede ser funcional (ya que ésto se protege como patente).
Para haceros una idea de qué podría ser protegido mediante «trade dress», y por tanto, por marca, con las implicaciones positivas que ello tiene para el registrante, deciros que se ha concedido la protección por marca a la decoración completa de un restaurante o a objetos tridimensionales que en nuestro entorno se protegerían mediante diseño industrial.
Y todo esto viene a colación por un caso que he leído esta mañana, y es que Wenger Corporation, un fabricante de sillas, y en especial de la famosa silla Wenger’s Student Posture Chair Design, una silla especialmente diseñada para mantener las espaldas de los músicos de manera recta y apropiada, ha ganado una batalla judicial contra dos competidoras que habían comercializado sillas con un diseño similar.
No puedo garantizar que la silla de arriba sea la del litigio en cuestión (aunque en la web donde la he encontrado así lo describen), pero lo que sí parece claro es que el Tribunal considera que el diseño de la silla no tiene un carácter funcional, y sí ha adquirido el obligatorio significado secundario («secondary meaning»).
Me llama la atención algo que dicen en la web donde he leído la noticia:
The Wenger Posture Chairs are engineered to minimize fatigue and stand up to years of heavy use. In particular, the look and quality of the Student Posture Chair and the entire Wenger Posture Chair line are what music educators across North America have come to consider as the «˜industry standard‘ for their programs for almost 30 years.
Si es capaz de disminuir la fatiga y destaca por su robustez, ¿no es gracias, en parte, a su diseño, lo que podría demostrar su carácter funcional? Sin embargo, ser considerado como «industry standard«, sí creo que podría demostrar su «secondary meaning«.
Pues eso, literalmente, sentarse en una marca.
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